Me gustaría en estas líneas específicas hablar de un lugar que es fábrica de sueños "La Masia". Un lugar que en principios fue el taller para los arquitectos y constructores del Camp Nou al pasar los años se convertiría en la casa de los canteranos blaugranas. En esta impresionante residencia se fue convirtiendo en el lugar de alojamiento para aquellos futbolistas que han dejado sus familias para formar su carrera en dicha institución. Entre sus principales funciones se ha destacado el desarrollo intelectual y deportivo de estos jóvenes quiénes con una ayuda muy profesional son orientados futbolísticamente y humanísticamente para así convertirse en su mayoría en grandes jugadores de fútbol.
En México, clave de éxitos ha sido el intenso trabajo que se ha realizado en las Fuerzas Básicas de todos los equipos del país norteamericano. A los jóvenes y niños se les ha tratado como profesionales desde su temprana edad para darle esa mentalidad de un verdadero futbolista y crearle esa costumbre a lo largo de su desarrollo como futbolista. No es casualidad de que México sea dos veces campeón mundial de la sub17 o hallan llegado a ser terceros en la recién Copa del Mundo sub20 en Colombia. Todo este proceso tiene un significado: Continuidad y Seguimiento.
Panamá, cuna de muchos talentos actualmente atraviesa ciertas falencias en cuánto a canteras se refiere. hacer sentir al jugador como un profesional es esencial para el desarrollo del mismo. Existe una tendencia que ha sido un mal a nivel mundial pero que hacemos repetitivamente caso omiso en esto es que se ídolatra mucho al jugador sin haber obtenido nada. Suena algo rústico la forma en que se dice pero es una cruda realidad. Muchos hacemos alabanzas a un jugador juvenil por 1 o 2 juegos o a veces por minutos que vemos trayendo como resultado la inflación del ego del jugador alimentándolo de una manera errada.

Las palabras influyen mucho en jugadores de estas categorías porque están en un proceso no solo futbolístico sino mental e intelectualmente. Estas edades que comprende desde 12 a 18 años son edades de cambios constantes quienes atraviesan cierta inmadurez relativamente dándole paso a palabras halagadoras como engañosas creando una definición propia del jugador que a veces suele tener repercusiones en su rendimiento al sentirse un paso más arriba que los compañeros.
En el suelo panameño existe mucho material humano, quienes solamente necesitan ser guiados de la manera adecuada y pensar no en el interés propio sino del jugador y los resultados empezarían a cambiar drásticamente.
El real poder de un club no está en la cartera sino en la cantera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario